"Vamos a desconocer los mitos y las leyendas remozadas que nos han estampado en las clases de historia y los boletines turísticos; a descubrir por segunda vez lo que ya dijeron esos viejos cantores con guitarra y con vihuela"

lunes, 8 de marzo de 2010

Relexiones Telúricas

Lamentablemente, el terremoto de la madrugada del sábado 27 de febrero sacó a relucir lo más perverso de nuestra naturaleza humana. Si, porque gracias a una catástrofe de dimensiones históricas los chilenos no supimos estar a la altura de las circunstancias.
A nivel de autoridades, la respuesta a los hechos no hizo más que confirmar lo difícil que es actuar cuando la tragedia sucede en suelo nacional. Constatamos que no es lo mismo coordinar la ayuda que se enviará a otro País en problemas que superar la contigencia en nuestro territorio. Descoordinaciones escenciales para asegurar la tranquilidad de la población afectada, sin que se asuma la responsabilidad que a cada uno de los estamentos involcrados le corresponda. Es tan inexplicable, aún, el no avisar oportunamente de el riesgo de un tsunami; como el que todavía no se recojan los escombros que las familias sacaron a las calles, producto del terremoto.
A nivel del sector privado, es reprochable que a cuatro días de ocurrido el desastre, no se restablezcan los servicios básicos necesarios para desarrollar una vida tranquila y volver a la normalidad en sectores que no fueron tan maltratados por las fuerzas de la naturaleza. Hablo de que en Santiago, existen comunas sin agua potable ni servicio de electricidad, produciendo daños colaterales que pueden llegar a ser más perjudiciales que el mismo terremoto. En lo personal, no me explico el porqué de la falta de energía eléctrica en sectores de la comuna de Cerro Navia, es más, ante insistentes llamados de parte de los afectados, chilectra se ha limitado a decir que no existe requerimiento alguno por falta de servicio. Como Condorito, EXIJO UNA EXPLICACIÓN.
Y a nivel de las personas… uf, que difícil es entender la lógica con que actúa la gente que ha salido a buscar alimentos como si el desabastecimiento fuera total. Y si eso me es difícil, más lo es entender el porqué de los saqueos y los actos de vandalismo que se han producido durante estos días. Como llegamos a este punto?, Somos tan pequeños los chilenos que estamos dispuestos a cometer actos ilícitos por conseguir artículos que no aseguran nuestra subsistencia?.
Me niego a pensar de que “el hombre es el lobo del hombre”. Para mí, el hombre es un ser noble en su estado natural, pero que es torcido según la sociedad en que vive. Si caemos en cuenta de que nuestra sociedad, hace años que le dio vuelta la espalda a generar personas educadas y voluntariosas, que ensalzamos los actos vandálicos como chorezas propias del shileno; que elevamos a categoría de ídolo a quien hable o pegue más fuerte; si mostramos como fenómeno de circo a un niño que, con 10 años, se escapa por quinta vez de la cárcel; si denigramos a quien sabe más o tiene modales correctos; si lo individual pesa más que lo colectivo y que hace años perdimos la voluntad de ayudar al vecino; lógicamente estamos frente a una sociedad chata y maleada que cosechará individuos más proclives a vivir en la ilegalidad porque es lo que en estos momentos valora la sociedad chilena.
Cuando los tres sectores bases de un país; público, privado y sociedad civil; tienen sus valores trastocados y no son capaces de unirse en una tragedia como la vivida el fin de semana pasado, ese país pierde su identidad y no tiene futuro. Vamos camino a eso, o ya nos instalamos en un lugar donde no existen horizontes?.