Con el correr del tiempo esta frase trascendió su significado original para convertirse en una expresión de carácter independiente, genérica y popular que sólo busca ser una expresión contestaría contra la clase oligárquica chilena o de posiciones tradicionales.
Movido por la curiosidad y aquella enfermiza necesidad de saberlo todo, me embarqué en la aventura despejar mis dudas acerca de la mentada frase “El Mercurio MIENTE”.
Más allá de la veracidad de la frase, siempre me intrigó saber los porqué, como y cuando de una aseveración que màs de alguna vez hemos usado, pero que casi nadie conoce su procedencia.Los años ’60 del siglo pasado convulsionaron a la sociedad mundial.
La minifalda, las pastillas anticonceptivas, el rock, el arte pop, la experimentación con drogas, y todo lo sucedido durante esos años tiene que ver con desafiar la forma en que se ejercìa la autoridad. Quizàs si en los años ’60 la sociedad mundial tuvo su ùltima oportunidad para hacer evolucionar el orden establecido hacia el lado màs humano de las sociedades.
REVOLUCIÒN se le llamò a todo movimiento hacia esa direcciòn, tomando la palabra una nueva acepción referida a la violencia… violencia con la que se reprimiò todo viento de cambio.
La sociedad se agita. Proliferan los Centros de Madres, Juntas de Vecinos, Cooperativos de Campesinos, Organizaciones gremiales y de trabajadores. Por otro lado, la matrícula escolar alcanza el 95% de la población entre 6 y 14 años, mientras que en las Universidades los estudiantes quieren participar y exigen reformas.
Corría el año 1967 y como secuela del movimiento reformista que se vivió a nivel mundial, en Chile se intenta algo similar por los universitarios. El conflicto más importante ocurre en la tradicional Universidad Católica de Santiago.
El 11 de agosto de 1967 el movimiento encabezado por el estudiante de medicina, Miguel Angel Solar, se toma la casa central de la Universidad exigiendo la salida del rector, el Obispo Alfredo Silva Santiago. ¿El motivo?. Los estudiantes, pertenecientes a la Federación de Estudiantes de la casa de estudios, acusan a la Universidad de ‘clasista; encerrada en una torre de marfil sectaria y monárquica’.Durante dias se hizo presión desde los muchos flancos conservadores de la sociedad santiaguina por quebrar el movimiento. Incluso hubo una batalla campal en el hall de la Universidad en contra de un grupo de dirigentes estudiantiles contrarios a la movilización.
El 16 de agosto, El Mercurio publicó una editorial que para los reformistas estaba llena de odio hacia ellos.
“Ya está ensayado el patrón a que debe sujetarse la captura de las Universidades por los estudiantes, a fin de aplicar en ellas una política de ‘democratización’, según anuncian los pregoneros de ese movimiento.
Asistimos a una nueva y audaz maniobra del marxismo entorno a la democracia. Así como en nombre de ella se han derribado innumerables gobiernos representativos y de libre elección, para implantar dictaduras, ahora se barre con las jerarquías de la enseñanza superior”.
Asistimos a una nueva y audaz maniobra del marxismo entorno a la democracia. Así como en nombre de ella se han derribado innumerables gobiernos representativos y de libre elección, para implantar dictaduras, ahora se barre con las jerarquías de la enseñanza superior”.
Al enterarse de las palabras impresas por el influyente matutino nacional, los estudiantes prepararon un lienzo que colgaron en el frontis de la Universidad, en plena Alameda.
‘CHILENO: EL MERCURIO MIENTE’ fue un llamado de atención hacia la sociedad de que la reforma universitaria estaba en pie, aunque se la desprestigiara a través de columnas y calumnias, abusos propios del sector conservador de nuestro país, cuyos intereses han sido históricamente defendidos por un medio de comunicación que, normalmente acalla a quienes no están de acuerdo con sus ideas.
El día 17 de agosto se puso fin a la toma, por parte del Cardenal Raúl Silva Henríquez, aceptando todos los puntos del petitorio de los alumnos, los que apuntaban a darle más fuerza a la voz de los estudiantes dentro del consejo de la casa de estudios.
La reforma de la Universidad Católica de Santiago estaba en marcha, y luego se vendría un proceso que abarcaría a los ocho centros de estudios que componían el sistema universitario chileno. Proceso que fue interrumpido el martes 11 de septiembre de 1973.
La intervención militar de las universidades, elección de docentes por razones políticas, la eliminación de centros universitarios del área de las ciencias sociales y el prescindir de las organizaciones estudiantiles representativas fueron las medidas que instauró la contrarreforma, que abortó un proceso en el cual académicos, estudiantes y administrativos habían cifrado grandes esperanzas.
Otra de las medidas con las que se difamó el proceso reformista tiene que ver con el ámbito comunicacional. A través de los medios de comunicación masiva, controlados por el régimen totalitario, se fue mostrando a la reforma de manera caricaturesca, informando sólo acerca de los excesos de la lucha política por la formación de gobiernos universitarios, sosteniendo que lo central de la reforma había sido la participación de los estudiantes en la elección de las autoridades y en la generación de los cuerpos colegiados. Al mismo tiempo, se mantuvo en silencio la importante transformación organizativa y académica, que implicó un gran esfuerzo por promover el desarrollo científico, tecnológico y cultural al interior de las universidades.